domingo, 9 de enero de 2011

AVENTURAS DE LAS DOS NIÑAS : Séptima Aventura “Los Pondis”.

Cuenta la leyenda, que desde hace muchísimo tiempo existen unos seres diminutos que se llaman Pondis. Viven en todas partes. Hay Pondis que viven en los árboles y que pueden volar; otros viven en el agua y pueden nadar muy rápido y respirar bajo el agua; otros viven en los bosques, son muy veloces y dan saltos de gran altura; otros viven bajo tierra y son capaces de hacer túneles muy largos en menos de un minuto.
Pero las características más importantes de los Pondis son las siguientes:

- Su idioma es un lenguaje especial, el Galipondio.
- Pueden cambiar de color como los camaleones cuando se les antoja.
- Su trabajo consiste en proteger y cuidar a todos los animales del mundo.
- El nombre de todos los Pondis, empieza con la letra P, cómo por ejemplo “Pibos”.
Pibos es un Pondi de bosque y su casa está precisamente en el bosque de los bonsais.
Un día Pibos, como de costumbre, salió muy de madrugada de su casa con la misión que tienen todos los Pondis, la de proteger a los animales.
Iba Pibos saltando entre los matorrales cuando de pronto de debajo de la tierra salió Pitrova, una Pondi de tierra, y le dijo:
-Pibos, eh tisvo a nua crai de cievro atusada y derpida, ¿qué dopemos harce?.
Y Pibos le contestó:
- Mavos predisa a ver moco etsa.
Cuando llegaron a donde estaba la cría de ciervo, vieron que lo que le pasaba era que estaba perdida y no sabía encontrar a su madre.
Pibos le dijo a Pitrova:
-Mavos a cusbar a Marquen y a Taime rapa que nos aduyen a entroncar a la drame del cievro.
Cuando llegaron a la casa de Carmen y de Maite y les contaron lo que pasaba, las dos niñas dijeron que irían también a buscar a la madre del ciervo.
Mientras, Pibos y Pítrova avisaron a los Pondis de agua por si la madre estaba bebiendo en algún arroyo, y a los pondís de aire para que volasen por todo el bosque a ver si conseguían localizarla desde lo alto.
Por fin, un Pondi de aire llamado Pobo localizó a la madre del cervatillo en un claro del bosque y se lo dijo a los demás Pondis, a Carmen y Maite.
Cuando llegaron con la cría junto a la madre, ésta les dijo que había abandonado a su cervatillo para atraer la atención de una manada de lobos que habían bajado de las montañas, y así evitar que descubrieran a su hijo y lo devorasen.
Como los lobos ya se habían ido, todos se pusieron a jugar y a corretear por el claro del bosque, hasta que se hizo de noche y cada uno se fue a su casa. Píbos se fue a su roca, Pitrova se fue a su laberinto de túneles, Pobo se fué volando a la copa de su árbol, el cervatillo y su madre a lo más profundo del bosque, Carmen y Maite a su casa.
Y aunque los adultos digan que no existen, los Pondis sí que existen , lo que pasa es que como pueden cambiar de color, se pueden volver transparentes y por tanto invisibles. Así sólo los pueden ver quien ellos quieran.

Y Colorín, Colorado...

©Carmatejo


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