domingo, 23 de enero de 2011

AVENTURAS DE LAS DOS NIÑAS: 9ª Aventura “El Búho Sabio”

Un día Opi, la lechuza blanca, fue a ver a Aristos porque necesitaba ayuda, ya que su hijo Chuzín se había bebido todo el aceite que había en los treinta candiles de la iglesia del pueblo y se había puesto muy malito.
Cuando llegó donde estaba el búho real, le explicó lo que le pasaba a Chuzín, y Aristos le dijo:
- Tienes que traerme una pluma de la cola de tu hijo, arrancada de madrugada. Cuando la tenga en mi poder sabré que le pasa a Chuzín y cuál es el remedio.
Opi le dijo que haría lo que le decía Aristos y que en cuanto tuviera la pluma volvería a verle.
Esa misma noche de madrugada, Opi le quitó una pluma de la cola a Chuzín y se fue volando hacia la Gran Roca de la Sabiduría.
Conforme se iba acercando a la Gran Roca vio una nube muy oscura y decidió bajar a tierra para que no la atrapase la tormenta que se avecinaba. Cuando llegó al suelo se ocultó debajo de una gran hoja a esperar que pasara la tormenta.
Cuando terminó de llover intentó levantar el vuelo, pero no pudo porque tenía las plumas mojadas. Pensó que no llegaría a tiempo para salvar a Chuzín y se puso muy triste.
De pronto oyó un ruído en el otro lado del claro del bosque donde se había refugiado. Eran Carmen, Maite y el pondi de aire llamado Plumín.
Como la lechuza Opi conocía a las dos niñas y al pondí, salió de su escondite y les contó lo que pasaba. Las dos niñas y el pondi le dijeron que le ayudarían a resolver el problema, así que se pusieron manos a la obra.
Carmen y Maite comenzaron a secar las plumas de Opi. Mientras tanto Plumín se fue a buscar a Aristos.
Cuando regresó Plumín con el búho, éste cogió la pluma de Chuzín y la miró al trasluz. Cuando terminó le dijo a la lechuza:
- Tu hijo no tiene ninguna enfermedad, únicamente tiene un empacho de aceite de candil mezclado con cera de vela. La solución está en que se tome un poco de polen de margarita y se pondrá bien.
Carmen y Maite recogieron un buen montón de polen de margarita y se lo dieron a la lechuza para que se lo llevara a su nido y se lo diera a Chuzín. Opi les dio las gracias a las dos niñas, al búho Aristos y al pondi Plumín , se despidió de todos y regresó volando muy contenta a su árbol para darle la medicina a su hijo.
Aristos les preguntó a las dos niñas si tenían algún problema porque, ya que estaba allí, se lo podría resolver. Las niñas le dijeron que no, que no era necesario porque no tenían ningún problema, pero que su amigo el pondi Plumín sí necesitaba de su ayuda ya que siempre se estaba quejando de que se le agrietaban mucho sus transparentes alas.
Aristos les dijo a las niñas que le pusieran a Plumín en las alas una crema hecha con semillas de enebro y hojas de eucalipto, y nunca más se le estropearían por mucho que volase.
Carmen y Maite lo hicieron así, y desde entonces Plumín tiene las alas más bonitas y brillantes de todos los pondis de aire. Cada vez que sale a volar se acerca a la casa de las dos niñas a jugar con ellas un buen rato.


Y Colorín, Colorado ...

©Carmatejo

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