domingo, 12 de diciembre de 2010

AVENTURAS DE LAS DOS NIÑAS: 5ª Aventura “Historia de Murcy”

Había en el bosque de los bonsáis un desfiladero muy profundo con una cueva muy oscura en su parte más baja.
En ella nació en Primavera una cría de murciélago que parecía un ratoncillo sin cola. Era de la especie frugívora, es decir, se alimentaba de frutas maduras que sus padres le traían del bosque, además de beber la leche de su madre porque, como todos los murciélagos, también era mamífero.
La madre del pequeño murciélago se llamaba Bani, porque le gustaban muchos las bananas. Su padre se llamaba Radar, porque con su chillido de ultrasonidos era capaz de detectar las frutas más jugosas de todo el bosque de los bonsais.
Cuando Murcy aprendió a volar salió un día de la cueva y se quedó asombrado de lo bonito que era el barranco el bosque de los bonsais. Se quedó tan estupefacto que no se dio cuenta de que había amanecido y que, cómo todos los murciélagos, tenía que volver a su cueva.
Quiso regresar antes de que saliera el sol, pero estaba tan cansado que se colgó de la rama de un árbol para descansar y se quedó dormido.
Al poco rato pasó por allí el lagarto Jaspi, y al verlo pensó:
- !Oh, un murciélago dormido!, !qué bocado tan apetitoso!.
Trepó hasta la rama dónde estaba Murcy y lo cogió entre sus dientes.
Iba a devorarlo allí mismo cuándo se dio cuenta de que en esa rama lo podía ver algún águila y arrebatarle su comida, así que decidió bajar del árbol y esconderse en su guarida a comer tranquilamente. Murcy, que seguía dormido, no se había dado cuenta de nada y roncaba plácidamente.
Cuando Jaspi estaba a punto de llegar al suelo oyó un ruido en el bosque y se quedó muy quieto en el tronco del árbol, camuflándose para que nadie lo consiguiera ver. Quién hacía tanto ruido en el bosque eran las dos hermanas, Carmen y Maite, que estaban buscando fresas silvestres para ayudar a su madre a hacer una tarta de frutas del bosque.
El lagarto Jaspi, estaba esperando en silencio que se fueran las dos niñas para poder seguir bajando y esconderse en su guarida y así comerse al murciélago tranquilamente. Pero no pensó en Murcy que estaba tan profundamente dormido que comenzó a roncar:

- RRRRRR , RRRRRR....

Tan fuertes eran los ronquidos que las dos niñas se pusieron a buscar quién era el que hacía tanto ruido. Cuándo descubrieron quién era y vieron también a Jaspi lo asustaron con un palo y el lagarto tuvo que dejar libre a Murcy, ya despierto, se dio cuenta del peligro que había corrido.
Murcy les dio las gracias a las niñas por haberlo rescatado del lagarto y, como ya estaba descansado, les dijo que se iba volando a su cueva del barranco con sus padres.
Las dos hermanas le dieron unas cuantas fresas de las que llevaban en su cesta para que comiera y tuviera fuerzas para llegar hasta su casa.
Cuando Murcy llegó a su cueva les contó a sus padres lo que le había sucedido, ya que estaban muy preocupados por la tardanza en regresar de su hijo.
Desde entonces, cada vez que las niñas van al bosque de los bonsais a recoger frutas silvestres, les acompañan Bani, Murcy y Radar quién, con su chillido de ultrasonidos, indica a las niñas en qué lugar están las fresas y frutas, más jugosas y dulces de todo el bosque de los bonsais.

Y Colorín, colorado...

©Carmatejo


Nota: Se permite la reproducción sin ánimo de lucro y mencionando la procedencia

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