sábado, 9 de julio de 2011

AVENTURAS DE LAS DOS NIÑAS: 16ª Aventura "El regreso a casa"

Carmen y Maite llevaban ya cuatro días en Pongra, cuando llegó una paloma mensajera llamada Carty con una nota de sus padres. En la nota les decían que ya habían pasado cuatro días fuera de casa y que tenían que volver porque las echaban de menos.
Así que las dos niñas prepararon sus mochilas ,y le dijeron a su amigo Pantor que las llevase hasta la salida secreta de Pongra ya que tenían que regresar a su casa.

Una vez que llegaron a su casa, se acostaron a descansar porque después de cuatro días de ajetreo en la ciudad de los pondis se encontraban muy cansadas.
Al día siguiente, cuando se levantaron vieron en la ventana de su habitación a Pantor que nuevamente venía a buscarlas.
Pantor les dijo:
- Temenos que ri la Lopo Terno, ya que nu sango vinal ha derpido sus llopitos y on sol entuencra.
Las niñas le dijeron que se irían en cuanto preparasen su ropa de invierno, ya que allí hacía mucho frío.

Cuando llegaron ya las estaba esperando el ganso nival que se llamaba Plumón, y les dijo a Carmen y Maite que cuando él se alejó para buscar comida, su esposa, la gansa Mansa, tuvo que salir a defender sus polluelos de un zorro ártico que quería comérselos, y que cuándo volvió al nido los tres pollitos ya no estaban allí.
Así que las dos niñas, Pantor y los gansos nivales comenzaron la búsqueda de los tres pollitos.

Buscaron por todos los sitios a los que podían haber ido los pollitos, en el gran lago helado, en la verde pradera, en el acantilado marino, en la montaña blanca,...De pronto, cuando buscaban en los desfiladeros gigantes, vieron en lo más profundo del abismo a los tres pollitos, muy asustados y piando desconsoladamente.
Rápidamente prepararon el rescate. Como era una zona en la que los padres no podían bajar volando porque estaba muy estrecho, decidieron preparar una tirolina con una de las mochilas que llevaban Carmen y Maite, y bajarla para que se metieran dentro los tres pollitos y así poder subirlos sin que corrieran ningún riesgo.
Cuando la tuvieron preparada, Pantor se metió dentro y comenzaron a bajarlo hasta donde estaban los pollitos.
Una vez que hubo llegado, Pantor les dijo a los pollitos que se metieran en la mochila con él, y cuándo estaban todos dentro Pantor tiró de la cuerda tres veces , ésta era la señal convenida para que los padres y las dos niñas tirasen con fuerza y así poder conseguir rescatar los pollitos.
Cuando estaban a salvo en la parte de arriba del desfiladero, los tres pollitos contaron a sus padres que mientras su mamá los defendía del zorro ártico fueron atacados por una lechuza nival, tuvieron que salir corriendo, y cómo estaban muy asustados no miraban por dónde pisaban, hasta que uno tras otro cayeron por el desfiladero. Habían intentado salir y volver al nido, pero no podían porque eran muy pequeñitos y se volvían a caer.
Entonces los padres los llevaron otra vez al nido, les dieron las gracias a las dos niñas y a Pantor, y éstos se fueron otra vez para su casa a descansar.

Desde entonces, todos los inviernos, cuando hacen su migración anual, los tres pollitos se paran en la casa de Carmen y Maite para saludarlas y pasar unos días con ellas.

Y Colorín, Colorado...

©Carmatejo


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